
Veni Creator Spiritus | Canto para Pentecostés
Música: Tradicional Gregoriano
Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia
los corazones que Tú has creado.
Este sublime himno, atribuido al monje alemán Rabano Mauro, acompaña la oración de la Iglesia desde el siglo IX. Se trata de una súplica al Espíritu Santo, que a lo largo de sus seis estrofas va resaltando las cualidades que distinguen a la Tercera Persona Divina.
Se conserva desde hace siglos una melodía gregoriana de forma estrófica, que permite cantar el himno completo utilizando las mismas cuatro frases musicales. La melodía contiene más corcheas que las sílabas del texto, de modo que se hace obligatorio el uso del melisma, técnica que consiste en cantar al menos dos notas manteniendo la misma vocal. Si bien el melisma suele utilizarse para remarcar las palabras o sílabas más importantes, en este caso no se sigue ese patrón: no parece haber una lógica consistente detrás de la elección de los melismas.
La elaboración del arreglo musical ha tenido que sortear desafíos importantes. En primer lugar, el canto es imposible de cuadrar en una métrica rítmica constante. En segundo lugar, la melodía no tiene una sola manera de armonizarse. En tercer lugar, no parece conveniente para el oído que se presente la misma secuencia rítmico-armónica seis veces consecutivas, lo que desafía a buscar cierta novedad, que al mismo tiempo no quiebre el espíritu de oración.
La resolución de estos desafíos ha sólo ha sido posible después de estudiar muchas versiones de este canto, y después de rumiar interiormente muchas veces esta oración, tomando muchísimo tiempo su elaboración.
Una de las novedades más importantes de esta versión consiste en el uso de dos coros contrapuestos, acompañados por una guitarra. Esto supone una novedad grande en el conjunto de arreglos de Veni Creator Spiritus. Es cierto que algunas versiones suponían la interacción intercalada de dos conjuntos de voces diferentes, por ejemplo, voces masculinas alternadas con voces femeninas, y luego todos juntos. Sin embargo, no tenemos conocimiento de algún arreglo donde interactúen dos coros completos. En este caso, uno de los coros está conformado por voluntarios de la Fundación Canto Católico y el otro coro está conformado por un coro de decenas de voces grabadas a través del mundo entero. Eso implica un contraste que no es sólo tímbrico, sino también de técnicas de grabación. Hay que hacer notar que, además, ambos coros no sólo se limitan a cantar de modo intercalado, sino que se van acompañando simultáneamente, turnándose los roles de melodía y acompañamiento armónico.
Tampoco es común el uso de la guitarra como acompañamiento de este himno. En general, existe una preferencia por el uso de la voz a capella para el canto gregoriano, o bien por el acompañamiento de órgano, el instrumento preferido por la Iglesia Católica para la liturgia. Sin embargo, a partir del Concilio Vaticano II ha surgido una renovación de los instrumentos que acompañan el canto, y particularmente la guitarra ha sido utilizada de manera cada vez más prolija y delicada. La facilidad al acceso de la guitarra le hace un instrumento especialmente alcanzable para los coros. En este arreglo, el uso de la guitarra se ha inspirado en la cuidadosa guitarra que diseñó Jaques Berthier para acompañar los cantos de Taizé.
Ha sido un particular desafío para la producción musical el poner de relieve la existencia de dos coros diferentes. La Iglesia Católica durante siglos ha conocido esta experiencia, la de dos coros que se contraponen incluso físicamente, colocándose uno a cada lado del altar a la hora de cantar la liturgia. La asamblea puede sentir a un coro cantando a un lado, y luego al otro respondiendo por el otro lado. Esta verdadera experiencia auditiva, que implica la percepción de sonidos que provienen de diferentes partes del espacio, le ha significado al sonidista una exploración musical inédita para la producción de Canto Católico. Lo usual es grabar un solo coro, localizando las cuerdas en diferentes lugares del espacio. Lo que ahora se hizo fue ubicar dos coros completos en el espacio, lo que implicó pasar de dos a tres dimensiones auditivas.
Pidámosle al Espíritu Creador que, del mismo modo que ha empujado este arreglo por caminos inéditos y fecundos, también vaya guiando a la Iglesia por nuevas rutas en este siglo que parece tan difícil para la fe. Que inflame nuevamente al mundo con un nuevo Pentecostés, y que cada ser humano pueda escuchar nuevamente en su propia lengua la Buena Noticia de Jesucristo. Amén.
Veni Creator Spiritus | Canto para Pentecostés
Veni Creator Spiiritus,
Mentes tuorum visita,
Imple superna gratia,
Quae tu creasti, pectora.
Qui diceris Paraclitus,
Altissimi Donum Dei,
Fons vivus, ignis, charitas,
Et spiritalis unctio.
Tu septiformis munere,
Dextrae Dei tu digitus,
Tu rite promissum Patris,
Sermone ditans guttura.
Accende lumen sensibus,
Infunde amorem cordibus,
Infirma nostri corporis,
Virtute firmans perpeti.
Hostem repellas longius,
Pacemque dones protinus,
Ductore sic te praevio,
Vitemus omne noxium.
Per te sciamus da Patrem
Noscamus atque Filium;
Teque utriusque Spiritum
Credamus omni tempore.
Gloria Patri Dominum,
Natumque qui a mortuis
Surrexit, ac Paraclito
In saeculorum saecula, Amén.
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